Entrevista: Ana Cristina Pinedo Castañeda
Fotografía y video: Alfredo Leonardo Romero Sánchez.
El sustento de muchas familias colotlenses se ha visto afectado durante el último sexenio a causa de la decadencia que enfrenta el arte piteado. El auge que tomó la artesanía a finales de los 90, no permaneció por más de 6 años, y ocurrió lo imprevisto: los artículos piteados cumplieron su tiempo mercadológico y pasaron de moda.
Entre las causas que llevaron al estancamiento de esta actividad se encuentran:
Entre las causas que llevaron al estancamiento de esta actividad se encuentran:
- Una cultura empresarial individualista
- La falta de innovación
- La carencia de especialización de los talabarteros
- La falta de difusión y apoyo por parte del gobierno municipal (principalmente)
- La inoperatividad del Consejo Regulador del Piteado
- La piratería
- La crisis económica mundial
- La inseguridad del país y en particular de la región en la que se encuentra. Colotlán
La falta de seguimiento a la problemática por parte de autoridades y talabarteros no permite avanzar en el ramo, así lo señala el académico del Centro Universitario del Norte (CUNORTE) de la Universidad de Guadalajara, Ray Freddy Lara Pacheco, quien se ha dedicado a investigar sobre el tema:
“Es una problemática que podría haber empezado como un pequeño estancamiento de esta actividad económica, pero como no se le ha dado seguimiento o no se ha podido resolver por parte de autoridades municipales y de los mismos empresarios talabarteros, se está convirtiendo en una crisis. Yo digo que no desaparece la actividad, pero si no se hace algo pronto, quedará como un mero recuerdo en el municipio”.
El piteado es el que pierde
Empresarios que no saben hacer equipo con la finalidad de mantener competitivo al arte piteado en el municipio y que producen siempre lo mismo (cintos y monturas, principalmente), han sido los que más daño han causado a este mercado. No se innova en la oferta de productos, mucho menos se busca darle valor agregado a los trabajos, que sin mayor preocupación suelen ser entregados en una bolsa de plástico, no importa lo costoso del producto.
La especialización de los talleres de talabartería podría ser una salida a la crisis del piteado y, por otro lado, la innovación en la elaboración de productos también podría dar resultado. El caso de Mario Montoya, talabartero desde hace 35 años, es un ejemplo tangible de lo que puede lograrse con iniciativa:
“Lo importante es innovar en otros artículos, me propuse un proyecto muy ambicioso, el cual consta de 30 obras, de 30 murales piteados, con la intención de que podamos llevar a otros lugares este bonito arte, siempre he dicho que es un arte que aunque en algún tiempo tuvo su auge, permanece dormido, no lo conocen fuera de aquí. Junto con esta obra también pretendemos hacer un espacio para un museo regional o un espacio apropiado para la galería del piteado”.
“Es una problemática que podría haber empezado como un pequeño estancamiento de esta actividad económica, pero como no se le ha dado seguimiento o no se ha podido resolver por parte de autoridades municipales y de los mismos empresarios talabarteros, se está convirtiendo en una crisis. Yo digo que no desaparece la actividad, pero si no se hace algo pronto, quedará como un mero recuerdo en el municipio”.
El piteado es el que pierde
Empresarios que no saben hacer equipo con la finalidad de mantener competitivo al arte piteado en el municipio y que producen siempre lo mismo (cintos y monturas, principalmente), han sido los que más daño han causado a este mercado. No se innova en la oferta de productos, mucho menos se busca darle valor agregado a los trabajos, que sin mayor preocupación suelen ser entregados en una bolsa de plástico, no importa lo costoso del producto.
La especialización de los talleres de talabartería podría ser una salida a la crisis del piteado y, por otro lado, la innovación en la elaboración de productos también podría dar resultado. El caso de Mario Montoya, talabartero desde hace 35 años, es un ejemplo tangible de lo que puede lograrse con iniciativa:
“Lo importante es innovar en otros artículos, me propuse un proyecto muy ambicioso, el cual consta de 30 obras, de 30 murales piteados, con la intención de que podamos llevar a otros lugares este bonito arte, siempre he dicho que es un arte que aunque en algún tiempo tuvo su auge, permanece dormido, no lo conocen fuera de aquí. Junto con esta obra también pretendemos hacer un espacio para un museo regional o un espacio apropiado para la galería del piteado”.
Fotografías propiedad del empresario y talabartero Mario Montoya que muestran parte de su obra.
Peligra el título de capital mundial del piteado.
A diferencia de Colotlán, estados como Zacatecas, Guerrero y Michoacán, entre otros, sí cuentan con los insumos para la elaboración de estos productos, Colotlán tiene que importarlos. Si a eso le sumamos que la falta de planeación del gobierno municipal no ha permitido la consolidación de la actividad, el panorama es poco alentador y se ve lejana la posibilidad de que la talabartería vuelva a estar entre las primeras tres actividades económicas del municipio.
Por si fuera poco, no hay datos duros que comprueben la trayectoria del arte piteado en Colotlán, los talleres no llevan un registro, ni un control; no se sabe con certeza cuántos talleres hay, ni cuántos artesanos, ni quiénes sólo comercializan, todo son estimaciones que no están asentadas en ninguna parte.
Rescatar la actividad artesanal que da identidad a Colotlán sería posible si se tomaran en cuenta algunos aspectos que enuncia Ray Fredy Lara Pacheco:
“Por lo general cuando se habla de crisis siempre va a haber soluciones. En estos factores que yo planteo que son los que han provocado esta crisis, se puede impactar en cada uno, alguien puede mejorar la calidad, generar un valor agregado; se puede cambiar la cultura empresarial; buscar reactivar el consejo regulador del piteado pero con otra estructura, que den pie a otros especialistas, empresarios, académicos; la voluntad política de los gobiernos municipales, claro que hay soluciones”.
“De las cosas malas también salen cosas buenas; si no hubiera existido esa crisis, seguramente yo no estaría haciendo murales piteados”, reflexiona Mario Montoya, quien ha buscado diferentes estrategias para unir a sus compañeros y de esa manera reputar la actividad nuevamente.
Nota: Ana Cristina Pinedo Castañeda.
Con información de: María Guadalupe Arceo Ibáñez y Ana Cristina Pinedo Castañeda.
07 de septiembre de 2012.